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El centro de alumnos pasaba por todos los cursos de media, avisándo para la movilización estudiantil.

-¿Y por qué mejor no nos tomamos el colegio?- reclamó Lee.

-Para eso tendrías que llegar a las cuatro de la mañana, y con suerte.- replicó Elanor, molesta.

-Yo lo haria.- dijo Samuel Fritz.

-Sí, claro, Fritz.- dijo Lee burlándose.

-Siempre llegas tarde a clases y vas a estar aquí a las cuatro.- agregó Ned a su lado.

-¿Vas a ir, Ned?- preguntó Fernando desde el otro lado de la sala.

-Síp.- cotestó Ned.

-¿Y tú, Manina?- preguntó Elanor al lado de Fernando y Jacob.

-Soy alérgica a los gases lacrimógenes.- explicó Manina alisandose la falda del uniforme.

-Eso no es posible.- dijo Ismael a su lado.

-Claro que sí.- dijo Manina mostrándole su hoja médica.

-Entonces, ¿no puedes ir a ninguna marcha?- preguntó Fernando.

-Podría, estándo segura de que no habrá gas lacrimógeno.- dijo Manina.

-Vaya.- exclamó Jacob.

-Ya, dejénse.- reclamó Manina.

-Igual estoy interesada y les traje los carteles del cine para hacer las pancartas.- agregó la chica entregándole a Fernando los carteles.

-¡Bacán!- exclamó Fernando.

-Mmm. ¿Alguién tiene pinturas?- preguntó Fátima acercándose con Nadia, Flora y Cassandra. Nadie respondió, sino que Manina se dirigió a su casillero y, luego de revolver un poco sus cosas, sacó doce tarros grandes de pintura de colores.

-Antes siempre los usabamos mucho.- dijo como excusa ante la mirada atónita de sus compañeros de curso.

-¡¿Y a quién le importa?!- exclamó David entrándo a la sala.

-Ya empezó de nuevo.- dijo Flora hacia Cassandra.

-Ay, déjalo.- repuso Cassandra con los ojos brillantes.

-Si a ti no te importa, al menos deja de echarnos la choreada encima.- dijo Elanor hacia David, mientras extendía los carteles en el suelo del patio.

-¿Y qué piensas poner en esos carteles?- preguntó David.

-¿"No a una buena educación privatizada"? ¿"Muerte al ministro de educación"?- ironizó el muchacho ante la mirada furiosa de sus compañeros. Todos parecían a punto de golpearlo a excepción de Nadia y de Manina. Nadia estaba completamente de acuerdocon David, y Manina llevaba tres años entrenándo para ignorar los comentarios ofensivos de sus compañeros.

-Yo creo que podríamos poner un dibujo del ministro, rodeado de bolsas de dinero, y monedas cayéndo del cielo.- le dijo a Elanor, ignorando completamente a David.

-Sería una buena idea.- dijo Elanor, aún fulminante por los comentarios de David.

-Sería bueno que Andy nos hiciera los dibujos.- agregó Elanor.

-¿Por qué no se lo preguntas?- dijo una voz detrás de ellas.

-Hola Andy.- dijo Manina dándose la vuelta.

-Hola, escuché que querían que les hiciera unos dibujos.- dijo el joven con una sonrisa.

-Son para la marcha de mañana.- explicó Elanor inutilmente.

-Lo sabía.- dijo Andy. -¿Qué quieren que dibuje?- agregó.

-Al ministro, rodeado de bolsas de dinero, con monedas cayendo del cielo.- explicó Elanor. -Pero no te ensucies el uniforme.- agregó, recordando las normas escolares.

-Tranquila, solo es grafito.- dijo Andy cogiéndo un lápiz grafito y una goma blanca. Mientras el muchacho hacía los dibujos, las dos niñas, rodeadas por muchos niños del colegio, empezaban a escribir los esloganes de la manifestación.

-Pinta con negro esas letras.- le dijo Elanor a Manina.

-O.K.- respondió esta con el pincel entre los dientes para poder abrir el tarro de pintura negra.

-¿Quienes van a ir?- preguntó dando grandes pincelazos al cartel.

-Vamos el Fernando, Andy, Ned, Ismael, Fritz, Fátima, Cornelia, Alexandra, Lee, Jareth, Jacob, las dos Jade, obviamente la Camila, Darío no está muy seguro y Cassandraestá enferma, así que dudo que vaya.- le respondió Elanor.

-¿Y tú?- agregó, mirando hacia Manina.

-Tengo prueba de química ese día.- respondió Manina. -Además, no creo que sea la mejor manera de conseguir algo.- agregó sonriendo.

-Entonces, ¿por qué nos ayudas con los carteles?- preguntó Andy sumándose a la conversación.

-Porque es divertido hacerlo,- contestó Manina -y a veces los dibujos son mucho mejor que otros elementos.- agregó.

-A clases 3º.- llamó la profesora Vrye, entrando a la sala junto con algunos de los jovenes.

-Deja que los de 4º terminen de pintar los carteles.- dijo Elanor entrando tras la profesora Vrye.

-Crees que sería una buena idea dejarlos a la interperie?- preguntó Manina.

-No se supone que llueva.- dijo Elanor.

-Dale.- replicó Manina entrándo en la sala.

*

A la hora de salida, todos aquellos que se iban a la marcha se quedaron en el patio para terminar entre todos las pancartas, a sabiendas de que los profesores los estaban observando fijamente para evitar de que se tomaran el colegio.

-¿Nos juntamos mañana en el metro?- preguntó Fernando hacia el grupo.

-Dale.- respondió Jacob.

-Pero a mi me conviene más juntarnos a las puertas del colegio.- agregó mirando hacia sus compañeros.

-A mi también.- dijo Lee, quien estaba a punto de marcharse.

-Entonces, que aquellos que viven cerca de aquí se junten a la puerta del colegio.- afirmó Elanor, mientras tomaba su bolso y se marchaba junto a Jacob en dirección a su casa.

-Te ves muy linda con el pelo recogido.- le dijo este.

-Me veo horrible con uniforme.- protestó la joven.

-mmm, quizás.- respondió Jacob.

-Pero lo mejor es cuando te veo todo el día con uniforme y luego con ropa de calle bonita.- agregó abrazándola. Ambos tomaron la micro, y se quedaron apretujados entre los demás, pegados uno al lado del otro.

-¿Crees que llueva?- preguntó Elanor.

-Mmm, ¿no?- respondió Jacob con una sonrisa.

-¿Vas a ir a la salida del lunes?- preguntó el joven.

-Estoy obligada.- respondió Elanor. -Dos días en un laboratorio radiactivo, qué divertido.- agregó irónicamente.

-Alégrate, podrían haber sido dos semanas.- dijo Jacob.

-Gracias, me sube mucho el ánimo.- se molestó Elanor.

-¿Sabes que te quiero?- dijo Jacob cambiando el tema, y robándole un sonrisa a Elanor.

-Yo también.- respondió la chica.

*

-¡Bienvenidos a esta cuadragésima marcha!- exclamaba una voz por unos parlantes instalados por toda la plaza. Fernando había llegado junto a Elanor, y ambos estaban buscándo a Jacob entre todo el gentío. A medida que avanzaban, veían a más compañeros, algunos de los cuales tenían las pancartas hechas en el colegio.

-Fernando, allí está Jacob.- exclamó Elanor viendo a Jacob parado sobre un banco de la plaza buscando por encima de las cabezas, a sus amigos.

-¿Qué estarán pasando en el colegio?- preguntó Ismael, al lado de Jacob.

-¿Y qué te importa?- respondió Jacob.

-No sé... me preguntaba no más.- refunfuñó Ismael, cogiendo su celular.

-¿A quién vas a llamar?- preguntó Elanor, llegando junto a ellos.

-A Manina.- contestó Ismael divertido.

-¿Por qué?- preguntó Fernando.

-¡Shtt!- lo calló Fátima con un gesto.

-Aló, ¿Manina?.- dijo Ismael.

-¿Ismael? Estoy en clases tonto.- reclamó una voz por el parlante.

-Lo siento.- pidió Ismael. -Sólo quería saber en qué estaban.- agregó con un estornudo.

-Estoy en tutoría. ¿Me dejas trabajar?- pidió la chica angustiada por los ruidos que salían de la sala tras ella.

-Claro, claro, lo siento.- respondió Ismael, apagándo su celular.

-¿Sabían que Manina había tomado una tutoría?- preguntó a sus amigos.

-¿En serio?- preguntaron varias voces a su alrededor, exceptuando a Elanor, Alexandra y Cornelia.

-Ya lo sabía.- dijo Elanor.

-Se lo solicitó a la profesora María.- agregó Cornelia.

-Está en 6º los jueves y en 3º básico los lunes.- explicó Alexandra.

-¿Y qué ganancia tiene?- preguntó Fernando.

-¿Ganancia?- exclamó Elanor. -Estamos hablando de Manina.- agregó con una sonrisa.

-Si la aceptó fue para ganar experiencia.- explicó Fátima.

-¿Hola? ¿Podríamos volver a lo que vinimos?- pidió Camila con una media sonrisa en la cara. La joven no se llevaba muy bien con Manina y le cargaba que se habláse de ella. Los gritos se sucedían, se había juntado mucha gente solo para mejorar la educación de miles de ciudadanos.

-Siempre lo mismo.- dijo Ned molesto, al lado de Elanor.

-Al menos hacemos algo.- le respondió esta, enojada.

-¿Crees que David haya ido al colegio?- preguntó Ned.

-Lo dudo.- respondió Fernando al otro lado de Elanor.

-Sin embargo, vi al Darío por allí con un tarro de metal y un palo, para meter bulla.- agregó Fernando mostrándo un punto en la multitud.

-¡Vamos compañeros! ¡La lucha es nuestra!- gritaba alguien por un megáfono.

-Empecemos a movernos.- gritó Jade Vance empujándo a sus compañeros.

-¡Adelante!- gritó Camila como líder del grupo.

-No me gusta, esto de moverse como manada.- reclamó Ned, sacando un pañuelo y dos bombas de pintura.

-Ned, no hagas tonteras.- se molestó Elanor cogiendo una de las bombas y guardándola en su propia mochila.

-No es una tontera.- se molestó Ned, tratando de recuperar la bomba de pintura que Elanor le había quitado.

-¡Ni lo sueñes!- exclamó Elanor, poniéndose detrás de todo el grupo.

-Ned, olvídalo.- refunfuñó Fernando, evitando que siguiera a Elanor.

-Igual me queda una.- dijo Ned en voz baja. Se movieron en grupo por toda la calle, había tanta gente que si uno tropezaba, todos tropezaban con él. Luego de un par de horas, se encontraron con un muro de policías, quienes trataron de impedirles el paso.

-Y ahora es cuando empieza el despelote.- dijo Elanor corriendo hacia la entrada del metro junto a Ismael. Lograron llegar justo antes de que las puertas correderas se cerrásen, impidiéndo que los alumnos se metiésen a buscar refugio.

-Vamonos.- dijo Ismael, tomándola de la mano.

-Pero, ¿y Jacob?- preguntó Elanor, mirando las rejas.

-Encontrará la manera de regresar.- dijo Ismael, mientras bajaban por las escaleras y tomaban el metro. Mientras los metros de doce cuadras cerraban sus rejas, los alumnos corrían de acá para allá, escapando del chorro de agua y de las bombas lacrimógenas lanzadas por los policías. Ned se tapó la cara con su pañuelo y sacó la bomba de pintura que Elanor le había dejado.

-¡Mueran, málditos policías!- gritó lanzando la bomba contra uno de los carros lanza agua.

-¡Ned, idiota! ¡Para!- le gritó Fernando, protegiéndo a los más jóvenes que los habían acompañado. Para la mala suerte de Ned, los policías que se encontraban cerca del carro lanza agua lo habían visualizado, por lo que salieron persiguiéndolo y lograron apresarlo cerca de un paradero.

-¡Tienen a Ned!- exclamó Andy, dejando a Fernando y Jacob a cargo de los más pequeños.

-¡Andy, vuelve acá!- gritó Fernando mientras Jacob salía corriendo detrás de Andy.

-Jacob, ¡no!- volvió a gritar Fernando agarrando a Jacob por la ropa y regresándolo a proteger a los más pequeños.

-¡Con dos idiotas detenidos nos basta!- agregó Fernando gritando para tapar el ruido de las sirenas policiales.

-¡¿Vámonos?!- pidió uno de los niños, gritando para hacerse escuhar.

-O.K.- dijo Fernando, moviéndose con las manos en alto para que los policías no les lanzásen agua o gases.

-¿Cornelia?- llamó Fernando.

-¿Sí?- respondió una voz en medio del grupo.

-¿Alguna idea de cómo llegar al metyro sin mojarse?- preguntó Fernando.

-Por esa calle a la izquierda- dijo Alexandra, poniéndose en frente del grupo. La calle estaba llena de gas lacrimógeno, sin embargo, Fátima abrió su mochila y repartió mitades de limones a todos los presentes.

-¿Y Jareth?- preguntó Alexandra.

-¡Ahhh!- gritó alguien. Todos se giraron de un mismo movimiento, para ver a Jareth, todo chorreado de agua y los ojos rojos por los gases. -¡Limón!- exclamó Jacob hacia Fátima, quien le lanzó de inmediato una mitad a Jacob.

-Toma Jareth.- dijo Jacob entregándosela a Jareth.

-Sigan moviéndose.- dijo Alexandra dando el ejemplo y guíando a todo el grupo por las pequeñas callejuelas.

-¡Dios mío!- exclamó la chica de golpe.

-¡¿Y el Darío?!- exclamó Fernando un par de segundos después.

-¡Debemos volver!- agregó Alexandra, desesperada.

-Alexandra, no.- le dijo Jacob agarrándola por los brazos.

-Alexandra, prometimos devolver a los niños sanos y salvos.- agregó Cornelia, mientras seguía caminando.

-Pero... Darío.- pidió Alexandra.

-Alexandra, Jacob, Cornelia, sigan adelante. Yo voy a por Darío.- dijo Fernando.

-Si llegamos al colegio sin ti, Flora nos va a asesinar.- refunfuñó Fátima.

-Explíquenle que fui a buscar a Darío, que se nos había perdido.- pidió Fernando.

-Mmm... bueno.- dijo Fátima a regañadientes.

-¡Muévanse!- exclamó Alexandra, al ver que un carro lanza agua se acercaba por una calle mayor. Se movieron nuevamente por las callejuelas más pequeñas, tratando de evitar los lugares con mayor cantidad de gases. llegaron prontamente a uno de los metros, que por suerte estaba abierto. Alexandra tomó una hoja con los nombres de todos los niños y, a medida que iban pasando, marcaba los nombres con un ticket para asegurarse que todos estaban allí.

-¿Están todos?- le preguntó Jacob, ansioso. -Sí.- dijo Alexandra soltando un suspiro de alivio.

-Gracias a dios.- agregó Cornelia. Pagaron el metro, y, luego de entrar todos al interior, se dirigieron hacia el colegio.

-¡Llegamos!- exclamó Fátima, feliz por haber conseguido traer a todos los niños de vuelta al colegio.

Primera marcha

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